Los sentimientos y el estrés.
"El verdadero origen del estrés es
interno y no
externo.
La
predisposición a reaccionar con miedo, por ej.: depende de la cantidad de miedo
que ya esté presente en nosotros.
Para una
persona miedosa, el mundo es un
lugar aterrador.
Para la
persona enfadada, el mundo es un
caos de frustración.
Para la
persona que se siente culpable, solo ve el mal. Si renunciamos a la culpa, veremos
inocencia.
La regla básica es que nos centramos en lo que hemos reprimido.
El estrés es producto de la presión
acumulada por los sentimientos
reprimidos y suprimidos. La presión
busca alivio, y así los acontecimientos externos solo desencadenan lo que hemos
estado guardando, tanto consciente como inconscientemente. La energía de los sentimientos bloqueados
emerge de nuevo en el sistema autónomo, causando cambios patológicos que
provocan la enfermedad.
Un sentimiento negativo produce la inmediata pérdida del cincuenta por ciento de la fortaleza muscular del cuerpo y también reduce la visión, tanto física como
mental.
El estrés es la reacción emocional a un factor o estímulo desencadenante.
Está determinado por los sistemas de creencias y sus presiones
emocionales asociadas.
No es el estímulo externo lo que
causa el estrés, sino nuestro grado de reactividad.
El daño
causado por el estrés no es más que el resultado de las propias emociones.
La eficacia
de dejar ir para reducir las reacciones corporales al estrés se ha demostrado en estudios científicos, véase cap. 14 de este libro DEJAR IR .
Tratar de aliviar las secuelas en lugar de eliminar la causa del estrés
es como tratar de bajar la fiebre sin
corregir la infección.
Por
ej.: la tensión muscular es el resultado de la ansiedad, el miedo, la ira y la culpa. Un curso sobre técnicas de relajación
muscular tendrá un efecto beneficioso muy limitado. En cambio, será mucho más eficaz eliminar el origen de la tensión
subyacente: la ira, el miedo, la culpa y
los demás sentimientos negativos reprimidos y suprimidos".
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